Por Chano Montelongo
El minúsculo Mahahual es, en realidad, un gran “microuniverso” donde siempre –para bien o para mal- está pasando algo, no sólo bajo el agua, en nuestro maravilloso arrecife, sino fuera también, en los manglares, en el pueblo e, incluso, en negocios tan pequeños como el nuestro. Ante mis ojos de periodista son grandes historias desaprovechadas y, por eso, este blog servirá para contarles esos episodios cotidianos que pasan desapercibidos para la mayoría pero que son importantes para los que estamos detrás de esta pequeña fábrica de ilusiones que es Pepe Dive Mahahual. Asómensen a esta pequeña ventana con vistas a Mahahual y sepan, que por muchas cosas que aquí ocurran, siempre todo acaba igual… tranquilo y tropical.
Toros, sangre, arena… y valor
No falla…, al olor de la sangre acude el hambre. Estoy de pie en un fondo de arena a 25 metros de profundidad. Delante de mí, sólo mi amigo y socio Pepe Esteban, que me ha entregado sus aletas para poder moverse mejor andando por el suelo.
10 cosas que hacer en Mahahual
Mahahual es un encantador pueblito de pescadores alejado del habitual ajetreo turístico de sus ciudades vecinas de Tulúm, Playa del Carmen y Cancún. Y creo que no me equivoco si digo que es el último rincón de auténtico Caribe que le queda a México, ya que sigue conservando su autenticidad de población pesquera, asomada a las aguas turquesas del mar y donde todo es paz y tranquilidad.
Dicen que tienes veneno en la piel
En más de dos décadas ya (se dice pronto) teniendo experiencias bajos los mares más remotos del planeta, he sufrido algunos sustillos y contratiempos…, tales como algún ataque de tiburón, mordedura de morenas, descargas eléctricas de rayas y alguna cosa más, pero todos esos encuentros con animales se saldaron sin graves consecuencias y apenas sirvieron para aumentar el largo listado de anécdotas que hoy, afortunadamente, puedo contar.
El último barco al Kalais
A veces (pocas) tengo recuerdos de mi infancia. Me veo entrando a hurtadillas en el misterioso despacho de mi padre (era marino mercante) que desprendía un fuerte a olor a madera de teca y estaba lleno de cachivaches marineros: relojes con forma de timón, ojos de buey, sextantes y aparatos de radiotelegrafista (su especialidad), encaramándome a una enorme biblioteca llena de libros Read more “El último barco al Kalais”