El minúsculo Mahahual es, en realidad, un gran “microuniverso” donde siempre –para bien o para mal- está pasando algo, no sólo bajo el agua, en nuestro maravilloso arrecife, sino fuera también, en los manglares, en el pueblo e, incluso, en negocios tan pequeños como el nuestro. Ante mis ojos de periodista son grandes historias desaprovechadas y, por eso, este blog servirá para contarles esos episodios cotidianos que pasan desapercibidos para la mayoría pero que son importantes para los que estamos detrás de esta pequeña fábrica de ilusiones que es Pepe Dive Mahahual. Asómensen a esta pequeña ventana con vistas a Mahahual y sepan, que por muchas cosas que aquí ocurran, siempre todo acaba igual… tranquilo y tropical.
A lo largo de estos últimos 20 años he tenido numerosas experiencias bajo el agua y en tierra firme, pero ha sido ante las mismísimas “puertas del cielo” donde me ha ocurrido uno de los episodios más extraños y surrealistas que recuerdo.
Me gustaría tener explicación para todo, pero reconozco que me es imposible. Hay insondables fuerzas en el universo que, a veces, se empeñan en fragmentar en mil pedazos las voluntades y las mentes más científicas con apariciones o insinuaciones que no pueden explicarse.